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En un operativo desarrollado en el área minera revertida “Esperancita”... Leer más.
El pueblo indígena no está directamente relacionado con la minería del oro, pero... Leer más.
Constancio es un joven agricultor, se peina como Cristiano Ronaldo, baja música de internet y se da modos de negociar mejores precios con sus caseras. Pese a que sus padres y abuelos usaban “ataúdes” para el producto estrella, el negocio todavía no ha muerto.
Salimos hacia Patacamaya a las 7 de la mañana; una hora y media más tarde paramos en el Tholar para desayunar. Mientras comíamos un queso tradicional del lugar, acompañado de un café negro, nos pusimos a hablar de lo que haríamos en la siguiente parada: Luribay.
Los valles paceños son pequeños y su conexión con la ciudad es relativamente reciente: un tramo de la principal entrada fue asfaltado hace unos 20 años, y antes de eso se iba por un camino de tierra con bastantes baches y hasta derrumbes. El asunto es que, para llegar a los valles, se tiene que cruzar la cordillera. Al bajar hasta la falda del cerro, el valle es tan pequeño que el cerro que lo cierra se ve cerquita al frente. Es un “vallecito” al lado de los valles tarijeños, cochalas o chuquisaqueños y, sin embargo, provee de fruta y verduras a La Paz, igual que Sapahaqui, que está al lado.
El objetivo del viaje era conocer la experiencia del Proyecto Mercados Inclusivos, financiado por agencias extranjeras y ejecutado por instituciones locales. Un viaje de trabajo, pero, como todo viaje, siempre abre la posibilidad de descubrimientos. Muchas veces los citadinos tenemos ideas preconcebidas sobre la vida rural, y esas ideas rara vez están conectadas a la realidad, sino –últimamente– a una narrativa armada con fines políticos. Pensamos, por ejemplo, que un campesino no tiene acceso a internet, no usa celulares inteligentes, que escucha otra música o que no conoce quién es Messi..., en resumen, pensamos que un campesino vive en el pasado.
"Muchas veces, los citadinos tenemos ideas preconcebidas sobre la vida rural, y esas ideas rara vez están conectadas a la realidad, sino – últimamente– a una narrativa armada con fines políticos".
De hecho, hay gente que vive mirando el retrovisor y habla del retorno al Qollasuyo en el campo, pero cuando uno va al campo ve gente como el Constancio, un chango moderno, con corte de pelo tipo Ronaldo, jeans chupín y una camisita muy fachera. Cuando él quiere averiguar algo, busca en Youtube. ¿Qué busca? Desde podas de durazno hasta música. Usa redes sociales como cualquier persona de su edad en La Paz o Santa Cruz. Es un joven como tantos otros que habitan el país.
El Constancio es productor de pacay, ciruelo, tomate, una larga variedad de verduras y su producto estrella es el durazno. Para aprovechar las bondades del clima valluno, el Constancio combina algunos productos que salen en invierno con otros que salen en verano, como el durazno y gran parte de las frutas vallunas. Así logra tener platita casi todo el año, y no tiene que ir a la ciudad a trabajar de albañil o de chofer. Eso pasa más en el altiplano.
Se hace la burla con sus amigos y dicen que llevan sus “ataúdes” al mercado, pues algunos aún usan las cajas de madera que usaban sus padres, sus abuelos y los abuelos de sus abuelos para movilizar ciertos productos como el pacay. Pero ahora también usan cajas de cartón para llevar los duraznos a El Alto; duran menos, pero son más livianas.
"...algunos aún usan las cajas de madera que usaban sus padres, sus abuelos y los abuelos de sus abuelos para movilizar ciertos productos como el pacay.
El proceso tradicionalmente funciona así: un productor viaja en camión a eso de las 2 de la mañana y alquila espacio para traer sus cajas de madera al mercado de Villa Dolores; ahí, varias comerciantes compran
su producción en pequeños lotes (de 100 a 200 unidades en general) hasta antes de las 7, momento en que comienza a funcionar el mercado. Usualmente, liquida todo hasta esa hora porque si no, se lo debe llevar de vuelta a Luribay. Las comerciantes saben eso, así que son ellas las que controlan el precio. Todo el durazno sale al mismo tiempo, así que el camión viene lleno de productores que quieren vender sus duraznos para tener algo de platita y llevarse algunos productos de vuelta: arroz, fideo, aceite, etc. En economía, la lógica nos dice que a mayor oferta, menor precio, y es justamente lo que pasa.
El rostro más duro del “libre mercado” no son las “grandes corporaciones”, ni los croatas, ni los culitos blancos de la zona sur, sino las comerciantes de Villa Dolores que hablan su mismo idioma
(aymara) y que, como oligopolio (oligopsonio técnicamente), fijan el precio, a veces incluso por debajo del costo estimado por el Constancio. La negociación es sencilla: te pago tanto o te lo llevas de vuelta. El camión regresa a Luribay en la misma mañana, así que los productores deben terminar de vender su producto y de hacer sus compras rápidamente. El trato con los camiones es de ida y vuelta, y no hay otro transporte para volver en el día.
"El rostro más duro del “libre mercado” no son las “grandes corporaciones”, ni los croatas, ni los culitos blancos de la zona sur, sino las comerciantes de Villa Dolores que hablan su mismo idioma (aymara)"
Pero volvamos al tema de las cajas. ¿Qué tiene de particular que el Constancio prefiera comerciar usando las de cartón? Pues representa una gran ventaja, él puede negociar con algunas mayoristas que le compren toda la caja, y como es de cartón, no tiene que llevar el “ataúd” de vuelta; además, él separa el durazno por calidad: los más grandes en unas cajas y los más chicos en otras. Eso también le permite cobrar un poquito más. Como son cajas más pequeñas, los duraznos se conservan mejor que en la caja de madera, en la que usualmente se golpean y malogran. Además, permite que nosotros, los paceños, ubiquemos que el durazno es de Luribay y no de San Benito, como a veces nos dicen las caseras.
Esta época llega el durazno nacional a los mercados. El de La Paz es muy bueno, aunque no muy conocido. Lo producen changos metedores, como el Constancio. Si ven la cajita de cartón, compren de una, son delis. Además de probar un durazno súper rico, estarán apoyando la economía de montón de familias en los valles, que dependen especialmente de la fruta para tener un buen o mal año.
Fuente: Página Siete
Por: Rascacielos-Sergio Antezana
Link: https://bit.ly/3j0dxqK
Fecha: 21/02/2021
Llamar a Bomberos quienes les indicaran cuales son los pasos a seguir mientras una unidad se dirige a su ubicación.
Un termómetro roto es una amenaza seria para la salud por el contenido de mercurio que es expuesto al medio ambiente. Si se rompe un termómetro de mercurio, no se debe usar una aspiradora o una escoba para limpiar; ya que el mercurio los contaminará y luego distribuirá el mercurio en toda la habitación.
En caso que esto suceda se recomienda llamar a bomberos para proceder con los protocolos que hay ante este tipo de emergencias y la eliminación de este residuo tóxico.
Luego del derrame y de haber hecho la limpieza de los residuos, se debe ventilar la habitación afectada por lo menos dos horas, evitando permanecer en ella durante ese periodo, con el fin de eliminar los vapores de mercurio que son los que producen la intoxicación.
En un operativo desarrollado en el área minera revertida “Esperancita”, en Potosí, autoridades detectaron explotación ilegal de oro a cielo abierto, intervinieron el lugar y aprehendieron a 10 personas que desarrollaban la actividad.
También se procedió a secuestrar una vagoneta, una alfombra de lavado para extracción de oro y maquinaria que era utilizada para el delito antes citado; desarticulándose por completo la explotación minera que ilegalmente se desarrollaba en el lugar.
El viceministro de Política Minera, Regulación y Fiscalización, Wiston Medrano, junto a la directora ejecutiva nacional de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM), Brenda Lafuente, dieron los detalles de la operación.
A raíz de una denuncia presentada ante la AJAM, el 6 de mayo este año por supuesta explotación ilegal de recursos minerales (oro) en el área minera revertida, denominada “Esperancita”, ubicada en proximidades de Tupiza, Sud Chichas, de Potosí, se instruyó el respectivo procesamiento de la denuncia en el marco del reglamento interno de acciones contra la minería ilegal.
Después de una inspección in situ realizada el 21 de mayo de la presente gestión, a cargo del personal de la Dirección Regional Tupiza de la AJAM, se logró corroborar la existencia de actividad minera ilegal en el área, de donde se extraía oro en explotación a cielo abierto con maquinaria pesada.
Con base en los antecedentes remitidos desde la región, la dirección nacional de la AJAM ordenó las acciones necesarias a través de la Coordinadora de Minería Ilegal, con la realización del operativo de ayer.
“Se logró aprehender en la oportunidad a 10 personas en flagrancia, quienes fueron remitidos a las autoridades locales, con el fin que se proceda de acuerdo con la norma”, indicó la AJAM.
La explotación de oro mueve millones de dólares y las regiones reciben regalías mínimas.
El pueblo indígena no está directamente relacionado con la minería del oro, pero lleva una dieta basada en pescado. Presumiblemente esta sería la causa. La investigación incluyó a cuatro países y en Bolivia se encontró “los niveles más elevados” de mercurio en las personas que participaron de la prueba.
Un estudio denominado “La exposición al mercurio de las mujeres en cuatro países latinoamericanos productores de oro”, reveló que en 60 de 64 mujeres de dos comunidades de la etnia Esse Ejja de Bolivia los niveles de este metal pesado son “muy elevados”. Este pueblo indígena -asentado en el norte de La Paz, Beni y Pando- no está directamente con la minería aurífera, pero el pescado es parte de su dieta cotidiana. Por ello los expertos presumen que la cuenca del río Beni, de donde pescan su principal alimento, es la causa.
La investigación, que se presentó a principios de julio, estuvo a cargo de la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes (IPEN por sus siglas en inglés) y del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad (BRI). Se realizó en comunidades de Bolivia, Brasil, Venezuela y Colombia, mediante la toma de muestras de cabello. En el país participaron 64 voluntarias.
“De todas las locaciones en las que se recolectaron muestras, las mujeres indígenas de Bolivia de los grupos [ese ejja] de Eyiyo Quibo y de Portachuelo mostraron, por mucho, los niveles más elevados de todos los participantes de este estudio”, se lee en el documento. Eyiyo Quibo está en el municipio de San Buenaventura en La Paz, frente a Rurrenabaque (Beni), mientras que Portachuelo se ubica en el municipio de Gonzalo Moreno, Pando, a más de 300 kilómetros de Eyiyo Quibo.
Los miembros de estos dos pueblos “no se involucran en la minería de oro ni tienen contacto directo con mercurio, por lo que el único aspecto que se puede identificar como factor de exposición al mercurio es su alimentación”, plantean los autores.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos explica que la concentración de metil mercurio no debería exceder 1 parte por millón (ppm) en el organismo. En el caso de 60, de las 64 mujeres que participaron de la muestra en Bolivia, ese número fue superado.
Somos una Organización No Gubernamental boliviana cuyo propósito es trabajar en la problemática del uso y manejo de plaguicidas y otros contaminantes químicos.
Nuestros esfuerzos van orientados a contribuir a la construcción de una sociedad libre de riesgos, entre ellos, a la reducción de los efectos adversos de los plaguicidas en la salud, agricultura y el medio ambiente.
Somos una institución privada sin fines de lucro, enmarcada en el desarrollo de las capacidades de los agricultores, comunidades, poblaciones y municipios donde intervengamos.